martes, 15 de marzo de 2011

HAIKUS DE MATSUO BASHO


“Devuelve al sauce Todo el fastidio y todo lo que desea tu corazón.” El tedio puede arruinar el arte, jamás debe sojuzgar el espíritu. Lo que se crea de mala gana no refleja las virtudes de un corazón noble. El sauce representa la habilidad para resistir acometidas evitándolas para contra atacar. Resistir al fastidio es dejarlo pasar, purificar el espíritu de la ira y la mediocridad para cobrar el brío que significa el dominio de la energía interna o Ki.

Guerrero: “En las flores silvestres de verano Se estremece aún El sueño de gloria de los guerreros.” El samurai pasa por ciclos de guerra y paz, constituye una clase noble que defiende la vida de sus comunidades. Aún en la guerra, no se pierde el ideal de belleza, la naturaleza hace eco del sueño de gloria para la guerra y la poesía que persigue el poeta samurai. El arte de la esgrima o iai do busca la belleza y el balance de la forma tanto como lo requiere la poesía de los haikus.

La inspiración: El Budo como la poesía de los haikus es muy espiritual, hay mímesis de la naturaleza, pero no sólo para contemplarla sino para integrarse a ella. El samurai como artista marcial y el poeta en tanto artista de la palabra buscan fluir en su arte, recrearlo de la forma más natural posible connotando esta integración. El sauce es símbolo de las fuerzas naturales, del ethos del Budo, este árbol al ser embestido por la tormenta, se dobla para retomar su posición original.

Un poeta con inspiración es como un sauce, disuelve su tedio y devuelve sus anhelos y esperanzas en el arte a una etapa de calma para que se conserven intactos. En la batalla también se necesita esta inspiración que lleva a la integración del ser con la naturaleza, en combate el samurai no cae en la desesperación se hace uno con su sable y su arte para no perder la belleza de su técnica. Hoy los literatos que han practicado artes marciales se dan cuenta que estas y la poesía merecen igual dedicación.

En los talleres de creación literaria de poesía, a nivel de facultad de literatura se enseña la teoría de los haikus, para que el estudiante vea como se evita sobrecargar de versos e ideas un poema, para quedarse con lo esencial. El poeta de occidente que estudia haikus, será consciente de no caer en una recargada discursividad y saldrá pronto de la redundancia típica del principiante. Hacerse un nombre en poesía implica perseverar en el arte, usar todo recurso técnico con fluidez e inspiración.

La videncia: El arte revela verdades trascendentes en todas sus manifestaciones, Basho es considerado un vidente para la poesía japonesa, como Li Bai lo es para la China. Basho rescata la videncia del arte samurai en que forjó su espíritu desde su juventud. Sabe que los sueños de un samurai pueden revelar una forma elevada de esgrima que refleje su aplomo y valor, mereciéndoles la gloria. Los haikus y los samurais han trascendido en el tiempo, son orgullo de la nación nipona.

El haiku en si es una revelación, sus dos primeros versos nos preparan para el tercero. El arte es una realidad que se aprecia más allá de los sentidos, si los ojos son el espejo del alma, el arte lo es del corazón. El corazón equivale a la voluntad del ser humano, un samurai ha superado las caídas en el miedo, el odio y la ira. Si combate se entrega a una causa con convicción. La batalla supone el riesgo de la muerte, pero ella no equivale al fracaso; Basho vio que sus haikus y los samurais alcanzarían glorioso recuerdo.

La videncia de haiku consistió en representar el corazón del samurai y del poeta de haikus como un sauce que dentro del combate y el desgarro que implica la creación puede redireccionar la agresión de fuerzas externas que opacan su visión y paralizan su espíritu. El modelo del sauce se desarrolló en Budo, para emplear la fuerza del otro e impedir que sojuzguen la propia voluntad.

El espíritu: El Bushido y los haikus cultivan el espíritu del artista, su arte crece en ellos y se recrea en la perfección y el temple de la técnica. Estas artes exigen ser consecuente con la búsqueda de perfección, que es la del absoluto, el corte perfecto del sable o el verso revelador. Existe una dimensión supra sensorial de la creación artística y de su ejecución, hay una forma canónica de prestigio que se ha repetido hasta el cansancio y se hace natural y espontánea en el poeta y el samurai.

Repetir para perfeccionar, ensayar la novedad respetando e reinterpretando la base canónica no es desperdiciar esfuerzos sino llevarlos al absoluto de la contemplación de la belleza, verdad universal que se aprecia fugazmente. El arte decodifica este proceso, la esgrima y el haiku tienen movimientos y conceptos respectivamente encriptados que son recogidos y asimilados por la mente y el espíritu entrenado del artista.

Conclusión: Basho Matsuo, el célebre maestro del haiku, fue también un Samurai que pudo plasmar el ethos del guerrero en dos composiciones, sobre el corazón y el esplendor del poeta samurai. Estos versos apuntan a la trascendencia de un mensaje decodificado sólo por el conocimiento del arte. Tanto la esgrima como los haikus buscan el absoluto y la belleza, tras la práctica, la perfección y la integración con la naturaleza, conservando la espiritualidad y videncia del arte.

FUENTES:
EXRAIDO: http://www.leergratis.com/otros/ethos-samurai-en-dos-haikus-de-basho-matsuo.html

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