viernes, 29 de mayo de 2009

No - mente



El secreto de Iaido esta en actuar con el espíritu tranquilo. Con el corazón apaciguado usted sujeta la empuñadura de su espada – en un segundo su mano se mueve para reducir al adversario y rechazar el ataque de su espada – luego se vuelve al estado de tranquilidad inicial.

La serenidad del espíritu se debe cultivar siempre. Se dice que la espada es como la mente, y si la espada es vertical, la mente es vertical. Pero si la mente no es vertical, es decir coherente, la espada nunca se puede manejar correctamente.

Después de las primeras diez mil repeticiones, puede que el alumno comience a pensar que entiende el significado de un ejercicio, luego de cien mil se empezará a dar cuenta de que el camino hacia la maestría es muy largo. En el caso excepcional del espadachín que llega a cortar un millón de veces con la espada, y que además tiene mucha suerte, se desarrollará un tipo de percepción muy inusual y que pocas personas experimentan alguna vez.

Los grandes maestros no han dejado de repetir que la maestría más alta es vencer sin combatir. Consideraban que su arte no debía servir para matar, sino para proteger la vida.

Un hombre superior no es turbado ni por las situaciones más inesperadas, ya que tiene una gran alma y una gran meta”, decía a menudo Funakoshi Gihin. Aquel que no pueda dominarse frente a un peligro corre el riesgo de volverse agresivo y de reaccionar violentamente. De esta manera entra en el juego del adversario. A veces, puede creer incluso que está amenazado cuando en realidad no sucede nada.

Reaccionar violentamente es una solución fácil. Permanecer tranquilo es signo de fortaleza.

En la tradición oriental el agua es el elemento natural que mejor simboliza el wu-wei, la no-resistencia: “El agua no se opone a nada, y de esta manera nada puede enfrentarse a ella”. “El agua cede al cuchillo sin ser cortada. Es invulnerable ya que no muestra resistencia”.

En las artes marciales no está el tiempo de espera. La victoria y la no victoria, la vida o la no vida, se deciden en un instante. Hay que vivir en el instante: aquí es donde la vida y la muerte se deciden totalmente.

viernes, 22 de mayo de 2009


En las artes marciales, generalmente, la técnica es indispensable durante diez o veinte años. Pero, finalmente el estado de espíritu es lo primero, esto es particularmente evidente en el tiro con arco. Entre el espíritu y el cuerpo, entre el espíritu y la postura, entre el espíritu y el wasa, la respiración establece la conexión.

El secreto del sable es no desenvainar el sable; no hay que sacar el sable, porque si queréis matar a alguien, debéis morir por ello.

Si se quiere explicar las relaciones entre el espíritu, la conciencia y el verdadero ego, es exactamente como las relaciones entre la luna, su reflejo y el agua del río.

Poco a poco, el aprendiz descubre las leyes que rigen las fuerzas sutiles con que la vida está tejida, y aprende que la calidad de sus obras depende del dominio de sí mismo, de lo que él es. Su trabajo exterior es el soporte de una metamorfosis interior.


El budo designa el sendero abrupto que serpentea en el corazón de las artes marciales. Esta Vía del combate es escarpada. La presencia del adversario exige la presencia de sí mismo en cada gesto que es así una cuestión de vida o muerte. Un fallo en la concentración, un desequilibrio entre el cuerpo y el espíritu no perdonan en un combate real y representan un gran riesgo en los entrenamientos. Rápidamente se descubre que el adversario más peligroso no hay que buscarlo en otra parte más que en sí mismo. La Vía del combate adquiere así un sentido diferente.

Pero el budo, repiten los Maestros, no se practica solamente en el dojo, Es un arte de vivir que se experimenta a cada instante.
El verdadero dojo, añaden los maestros, es el que el discípulo debe construirse en su corazón, en lo más profundo de sí mismo.

La savia sutil del budo no ha dejado de alimentar las artes marciales japonesas. Los Maestros japoneses del comienzo del siglo, temiendo quizás el contacto de Occidente y el choque del mundo moderno, han querido poner de manifiesto la importancia esencial de la Vía (DO) cambiando los antiguos nombres de los bujutsu tales como jiu-jutsu, aikijutsu, ken-jutsu, etc. en judo, aikido, kendo y otros. De esta manera esperaban que no se confundiera a las artes marciales, como Vía de superación, con los deportes de combate.

La Humanidad está sembrada de seres cuya calidad interior es un campo de fuerza determinante para el bienestar y la protección de la vida. Estos seres, en si mismos centros espirituales, están ahí para crear alrededor de ellos influencias benéficas propicias para mantener y transmitir la tradición secreta.

Este es un punto estable, un centro que existe en cada ser y que es posible realizar, ya que no requiere nada que no esté en el hombre: una apertura a la sabiduría infinita desde adentro, una apertura a través de la cual surge a la luz y florece una sabiduría que como la de estos Maestros fascinantes, hace que los gestos, los dedos, los bastones, las cosas más insignificantes, se muevan como en la danza del Vacío.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La danza del vacío


  • La consumación del arte de la espada consiste en que el corazón ya no es afectado por ningún pensamiento sobre yo y tú, el adversario y su espada, la propia espada y su manejo, y ni siquiera sobre la vida y la muerte. "Luego, todo es vacío: tú mismo, la espada que se blande y los brazos que la manejan. Más aún, hasta la idea de vacío ha desaparecido". "De ese vacío absoluto -declara Takuan- surge el milagroso despliegue de la acción".

  • Observa durante diez años el bambú, conviértete en bambú, luego olvídate de todo y pinta.

  • El Maestro consumado ya no desenvaina con facilidad la espada, convertida en su "alma". Lo hace sólo cuando es inevitable. Y puede suceder que evite el combate con un adversario indigno, un bruto que se jacta de sus músculos, tomando sobre sí, con una sonrisa, el oprobio de cobardía; mientras que, en otro momento, movido por el mayor respeto a su adversario, puede insistir en una lucha que a éste no ha de traerle más que una muerte honrosa.

  • La vida y la muerte son, en el fondo, una y la misma cosa y pertenecen a un mismo plano del destino. Por eso ya no conoce ni la angustia de la vida ni el temor a la muerte. Le gusta -y esto es muy característico del Zen- vivir en el mundo, pero dispuesto en todo momento a abandonarlo, sin que le afecte la idea de la muerte. No es casualidad que el samurai se haya elegido, como símbolo más puro de su filosofía, la delicada flor del cerezo. Así como un pétalo, reflejando el tenue rayo del sol matinal, se desprende y serenamente se desliza hacia el suelo, así también el hombre intrépido debe saber desprenderse de la existencia silencioso e impasible, el sendero del arte sin artificio.

  • Tiene que dar el salto hacia el origen para que viva desde la Verdad como quien se ha identificado íntegramente con ella. Tiene que volver a ser alumno, novicio; tiene que vencer el último y más escarpado tramo del camino, pasando a través de nuevas transmutaciones. Si sale airoso de esta aventura, entonces su destino se consumará en el enfrentamiento con la Verdad no refractada, la Verdad que está por encima de todas las verdades, el amorfo origen de todos los orígenes: la Nada que lo es todo, la Nada que le devorará y de la cual volverá a nacer.

  • Empuña la espada de la sabiduría para combatir a los enemigos internos, disfrazados de apegos y pasiones.

  • Es imposible recorrer la senda de la Vía con un corazón temeroso.Si no cultivas tu espíritu hasta hacerlo vulnerable, serás el juguete de tus aflicciones mentales. Aquellos que muestran un corazón firme y un espíritu estable, capaz de trascender las cosas, son los que pueden llamarse Hombres de la Vía.

lunes, 18 de mayo de 2009

Mondo


  • Todo se juega en un instante. En este instante, el espíritu decide todo, técnica y cuerpo lo siguen.

  • No es cuestión de elegir. Ello debe hacerse inconscientemente, automáticamente, naturalmente. El pensamiento no puede intervenir ya que si no, hay tiempo de espera, por consiguiente fallo. La conciencia permanente, despierta de la situación global es pues esencial para que surja el gesto justo: la conciencia selecciona un golpe, técnica y cuerpo parten hacia delante. Y se acabó.

  • ¡La intuición es siempre esencial! Si el adversario os da un golpe inesperado, debéis tener entonces la intuición de la parada, la conciencia de la huida. ¡Para salvaros del golpe! Conciencia que provocará la reacción del cuerpo y de la técnica apropiada. ¡Pero si pensáis en ese momento: “Debo utilizar tal o cual técnica”, en el instante de vuestro pensamiento, seréis tocado! La intuición desencadena el cuerpo y la técnica. Cuerpo y conciencia se unen: se piensa con el cuerpo entero, se emplea totalmente en la reacción.

  • Shin, el espíritu, wasa, la técnica, y tai, el cuerpo. Deben estar unidos, No separados. Es su perfecta unión la que crea el acto justo.

  • Hay que atrapar suki, la ocasión, la oportunidad. Esto es muy importante. El pensamiento no puede hacerlo. Solamente la conciencia puede atrapar la oportunidad de la acción. El vacío en el que hay que actuar.

  • ¡La vida es un combate!

  • En el espíritu del Zen en el del Budo, la vida cotidiana es el lugar de combate. Hay que estar consciente en cada instante, lavándose, trabajando, comiendo, acostándose. El dominio de sí se encuentra ahí.

  • La verdadera esencia de los kata no se encuentra en los propios gestos, sino en la manera en la que espíritu los vuelve justos. No se debe pensar: “Debo hacer este kata de esta manera o de esta otra...” sino ejercitar el cuerpo-espíritu en crear cada vez un gesto total, en el que se encuentre todo el ki, en un instante.

  • Vivir el verdadero espíritu del gesto: el kata, por el entrenamiento, debe confundirse con el espíritu. Contra más fuerte sea el espíritu más fuerte será el kata.

  • El comportamiento influencia la conciencia. A comportamiento justo, conciencia justa. Nuestra actitud, aquí y ahora, influencia a todo lo que nos rodea: nuestras palabras, nuestros gestos, nuestra manera de estar, todo esto influencia a lo que pasa alrededor de nosotros y a nosotros mismo. Las acciones de cada instante, de cada día, deben ser justas. El comportamiento en el doyo reaparecerá en nuestra vida cotidiana. ¡Cada gesto es importante! Como comer, como vestirse, como lavarse, como ir al cuarto de aseo, como ordenar, como conducirse con los demás, con la familia, con la esposa, como trabajar, como estar completamente en cada gesto. ¡No hay que soñar la vida! Hay que estar completamente en todo lo que se hace. Este es el entrenamiento a los kata.

viernes, 15 de mayo de 2009

Aqui y Ahora


  • “El hall de ejercicio en el que se aprende el arte de la espada lleva desde época antigua este nombre: lugar del despertar".

  • El arte del tiro con arco no consiste de ninguna manera en perseguir un resultado exterior con un arco y flechas, sino únicamente en realizar algo en sí mismo.
  • El descubrimiento, en lo mas profundo del ser, de la esencia sin fondo y sin forma fluye de una meditación dirigida con método en las vías propias del Zen.”
  • En las artes marciales, hay que penetrar los elementos, los fenómenos, y no pasar al lado de ellos. Las artes marciales son pues esencialmente viriles, ya que el hombre penetra a la mujer. Pero en nuestra época todo el mundo quiere economizar su energía y se vive a medias. Siempre se esta incompleto. Las gentes viven a medias, tibias como el agua del baño.
  • Durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante en instante.
  • La corriente del agua no vuelve nunca hacia atrás. El agua pasa, pasa... pero la luna no se mueve. Durante un combate, el espíritu tiene que ser como la luna, pero el cuerpo y el tiempo pasan, pasan como la corriente. El instante presente no vuelve jamás.
  • Concentrarse significa la salida completa, la descarga total de la energía. Esto debe encontrarse en cada uno de los actos de nuestra vida.
  • Durante un combate, si se economiza un resto de energía, no se puede ganar. Este es un secreto de las artes marciales. No debemos depender de los wasa, de la técnica. Hay que crear. Si un hombre rico da dinero a su hijo, éste no aprende a ganarlo.
  • En las artes marciales no está el tiempo de espera. La victoria y la no-victoria, la vida o la no- vida, se deciden en un instante. Hay que vivir en el instante: aquí es donde la vida y la muerte se deciden totalmente.
  • Debemos crear nuestra vida, volvernos libres, desapegados, solamente atentos al aquí y ahora: todo se encuentra aquí.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Zen en la vida misma


  • El Zen en las Artes Marciales es algo de gran importancia para conseguir el perfeccionamiento espiritual, no siendo necesario obtener un tiempo determinado para la práctica del Zazen, pues este puede desarrollarse en cualquier momento de actividad cotidiana, tanto en las Artes Marciales como en cualquier otro tipo de actividad (pintura, arreglo florar, escritura, poesía...)
  • las Artes Marciales en sí son puramente Zen en acción, llevar un dominio constante del pensamiento y del cuerpo en medio de las técnicas ó el combate.
  • Los Samurais en particular deben ejercitarse en el Zazen en medio de los gritos de guerra, los fusiles disparan ruidosamente, las lanzas se entrecruzan y los enemigos combaten gritando desaforadamente. Es preciso utilizar el Zazen en estas circunstancias. Si preferís practicar la meditación en un lugar en calma, ¿cómo podrá seros de utilidad en medio del combate...?
  • Si no cultivas tu espíritu hasta hacerlo vulnerable, serás el juguete de tus aflicciones mentales. Aquellos que muestran un corazón firme y un espíritu estable, capaz de trascender las cosas, son los que pueden llamarse Hombres de la Vía.
  • El no-pensamiento (Mushin) del Zen nos ayuda a desarrollar nuestras mejores acciones y de la forma más diligente; mediante éste no-pensamiento el hombre se libera de las ataduras del espíritu (pasiones, sentimientos, deseos..) los cuales son los enemigos más fuertes, que al vencerlos, somos liberados de todo, nada nos afecta ni nos perturba.
  • El no-pensamiento no consiste en no pensar en nada ó en tener la mente en blanco, ya que la mente siempre está pensando, lo que debemos de entender por no-pensar es el ignorar y dejar pasar los pensamientos (hishiryo), en no prestar atención a ellos, en dejarlos pasar como si nada, en no fijar la atención en ningún detalle concreto; al igual que los sentimientos y pasiones, debemos de ignorarlas por completo, pues son sólo ilusiones del pensamiento.
  • El Zen en las artes marciales es algo indispensable y fundamental, ya que enfocan también el entrenamiento marcial como una forma de llegar a conocernos, perfeccionarnos y vencer nuestras debilidades psíquicas; Es por ello que los guerreros acogieron tan favorablemente el Zen, pues podrían ser muy hábiles y poseer técnicas de gran eficacia, pero eso solo seria parte de unas cualidades físicas, y el guerrero también debía de tener cualidades mentales para afrontar el peligro y el miedo a la muerte, pues sino nada le valdrían sus depuradas técnicas.

  • "Empuña la espada de la sabiduría para combatir a los enemigos internos, disfrazados de apegos y pasiones".
  • Frente a la espada bien levantada el infierno os hace temblar, id más allá y encontrareis el paraíso.

martes, 12 de mayo de 2009

Movimiento en calma II



  • Ocupado en sus actividades cotidianas, no debe permitir que su corazón se inquiete, debe permanecer balanceado y calmo, libre de deseos que le hagan depender de su yo.

  • En términos de la esgrima esto significa, que si un hombre es confrontado a su fuerza enemiga superior; aun cuando dispersa sus cortes a diestra y siniestra su espíritu permanecerá completamente inmutable en lo que respecta a la vida y la muerte, indiferente ante la superioridad numérica del enemigo. Nunca has visto a alguien montar un caballo? Aunque el caballo galope hacia el este y el oeste, el corazón del buen jinete permanecerá calmo y balanceado; su cuerpo firme e inmóvil.


  • Las personas también deben tener un corazón balanceado en las relaciones con los hombres. Si una persona viola la naturaleza de las cosas y siempre hace prevalecer su inteligencia limitada, entonces su yo se vera perturbado permanentemente creando desazón entre los demás.

  • Ahora bien, que significa la expresión: “ no permanecer quieto en la calma” Cuando una persona no siente felicidad ni odio, ni tristeza ni alegría, entonces su corazón esta completamente vacío y nada lo perturba; se adapta a las cosas a través de su estado de completa inmutabilidad y ausencia de deseos dominándolo todo.


  • En esta condición mental nada puede interponerse entre sus objetivos. La identidad del corazón radica en estar en calma y sus funciones se basan en el movimiento y la justicia.


  • Su esencia esta en lo inmutable que es el principio de todo, la claridad.
    La esencia y la función tienen una sola fuente; esto es lo que se interpreta por ser inmutable en el movimiento y no permanecer quieto en la calma.


  • En términos de esgrima esto significa: Un hombre confronta a su enemigo con su lanza y su sable en la mano. Si este acto es imparcial, desprovisto de odio o de miedo, sin dudar entre esto o aquello y ajustándose a este estado mental enfrenta al oponente que se acerca, sus reacciones serán naturalmente adecuadas. Aunque la forma se mueva, el corazón no pierde su esencia, que es inmutable, y aunque el hombre este en calma, la función del corazón, que es el movimiento, no se vera interferida.


  • Esta persona es como un espejo porque es inmutable - sin nubes; cuando se ve expuesto a los fenómenos de este mundo los refleja, se confronta con ellos y les devuelve su verdadera imagen.

Movimiento en calma I



  • Si el Corazón está demasiado concentrado en la técnica, la Fuerza Vital se verá trabada y carecerá de armonía y balance. Esta actitud podría ser calificada como buscar el fin olvidando el comienzo. Pero también es equivocado descartar la práctica y decir que ella no es necesaria. La función de la esgrima y el Budô es la técnica. Si esta función es descartada ¿qué referente podría tener el Principio de su propia esencia?.

  • Practicando la función se despierta la esencia y es en este despertar que radica la función. La esencia y la función tienen un solo origen, no hay disparidad entre la apariencia exterior y la sustancia interior.

  • El súbito despertar a la comprensión del Principio es posible, pero si la técnica no ha sido dominada, la Fuerza Vital se volverá rígida y la forma carecerá de espontaneidad. La técnica surge del Principio; la no forma domina sobre la forma. De esta manera la técnica es practicada a partir de la Fuerza Vital y la Fuerza Vital es ejercitada desde le corazón. Este es el orden natural de las cosas.

  • Cuando la madurez técnica a sido obtenida, la Fuerza Vital es balanceada y el espíritu está en calma.


  • Si una persona es madura en su arte, si su Corazón ha penetrado los secretos, si se ha probado ha si mismo en el manejo de la técnica y ya no tiene dudas ni temores, entonces su Fuerza Vital será activa y su espíritu firme; reaccionará ante cualquier situación con libertad y sin inhibiciones.

  • Las Artes Marciales son básicamente, el ejercicio de la Fuerza Vital. En el comienzo del aprendizaje la Fuerza Vital es ejercitada por medio de las técnicas. No tiene sentido ejercitar la Fuerza Vital separada de la técnica en el principio, porque entonces no habrá ninguna forma de comprobar su desarrollo. Sólo cuando la disciplina de la Fuerza Vital ha madurado se puede continuar hasta llegar al Corazón. El que este proceso se produzca lenta o rápidamente depende de nuestras cualidades innatas.


  • Sólo cuando el Corazón está en equilibrio el hombre puede confrontarse con las cosas de la manera mas adecuada.


  • En esa quietud- en esa “inmovilidad”- esta contenido el movimiento de la mente. Se trata de un misterio por el cual la concentración permite que los pensamientos fluyan sin detenerse y que durante los ejercicios de esgrima el guerrero pueda continuar sus movimientos sin aferrarse a ninguna posición fija, a ningún punto de atención particular.

  • Cuando los hombres hacen el mal actuando incorrectamente, están violando su propia naturaleza.

  • El corazón humano no es malo originalmente, solo se vuelve dañino cuando el hombre se sirve de medios incorrectos para su propio beneficio.


  • Las raíces del mal son las pasiones humanas.


  • Por esa misma razón, el conocimiento suprime el movimiento arbitrario de los impulsos humanos y así, por medio de esta maravillosa sabiduría uno reconoce el divino principio en el corazón, examina lo que deriva del bien y el mal, expulsa lo incorrecto de su Corazón errante y ya no infringe ningún daño a su ser innato original.


  • Lo mismo ocurre en la esgrima. En el comienzo de sus estudios el aprendiz no puede contemplar sus variados pensamientos; se comporta mas bien espontáneamente y poco a poco aprende la técnica hasta que la suavidad y la naturalidad prevalecen sobre su rudeza primitiva.


  • El hombre es una criatura de movimiento y le es imposible no moverse.

Movimiento en calma


  • Al practicar la técnica se resolverán las confusiones y una vez obtenida la maestría, la esencia del Principio será aprendida. De esta manera un profundo conocimiento de sí tendrá lugar.
  • Al comienzo el Maestro enseña la técnica sin gastar una sola palabra sobre su significado; espera, simplemente, que el estudiante lo descubra por sí mismo. Esto se llama “tensar el arco sin disparar”.
  • No es a causa de ninguna debilidad que el Maestro se abstiene de dar explicaciones; lo hace con el propósito de obligar al alumno a que aprenda prácticamente entregando su Corazón.
  • Cuando el alumno ha practicado con todo su corazón y ha conseguido resultados por sus propias fuerzas, recién entonces vuelve el Maestro, y este último, si su Corazón se lo dicta, no hace más que confirmar lo que el alumno ya ha experimentado.
  • No hay instrucción explícita por parte del Maestro. Esto no se aplica solo a las artes, sino al conocimiento en general. Confucio dijo: Si le muestro un ángulo y no descubre los otros tres no se lo repetiré.
  • Entre los hombres de nuestra época, los sentimientos son bajos y la voluntad débil; desde su infancia son inhibidos por el confort y los esfuerzos mal administrados, se educan con una mentalidad ventajosa y están esperando aprovechar la menor oportunidad a su favor.
  • Si fueran instruidos con el método de los antiguos todo sería diferente, pero en la realidad no hay nadie que lo haga de esta manera.
  • En la actualidad, el Camino es revelado por las enseñanzas del Maestro, que tiene palabras comprensibles aún para el principiante que se inicia en los secretos del arte. El Maestro toma al alumno de la mano y lo tira hacia adelante mostrándole la dirección correcta. No es más que esto. Pero precisamente porque son conducidos de esta manera muchos se aburren y no llegan muy lejos.
  • Después de un cierto tiempo los practicantes alcanzan un alto grado de comprensión del Principio; pero entonces es cuando comienzan a rechazar a los antiguos por su inadecuación a la actualidad y más aún ¡se empeñan en alcanzar el cielo sin tener la practica suficiente!. Esta es la tendencia que predomina en nuestros días.
  • Guiar a una persona es como conducir un caballo; la Fuerza Vital que lo induce a permanecer en movimiento con armonía debe ser estimulada y aquella que lo lleva a salirse de su rumbo debe ser suprimida. ¡Todo esto debe lograrse sin emplear la fuerza!.

lunes, 11 de mayo de 2009

El movimiento surge repentinamente...


La nada es lo que esta exactamente entre esto y aquello. El vacio incluye todo, puesto que no tiene opuesto, no existe nada que el vacio excluya o a lo que se oponga. Es un vacio viviente, porque todas las formas salen de el y quienquiera que comprenda el vacio esta lleno de vida, de poder y del amor de todos los seres.

Lo mas importante en la estrategia es inhibir las acciones utiles del enemigo para permitir solo sus acciones inutiles.

Poco a poco el principiante descubre las leyes que rigen las fuerzas sutiles con que la vida esta tejida, y aprende que la calidad de sus obras depende del dominio de si mismo, de lo que el es. Como dijo un amigo: su forma exterior es el soporte de una metamorfosis interior.

El budo designa el sendero que da vueltas en el corazón de las artes marciales. Esta Vía del combate es empinada. La presencia del adversario exige la presencia de si mismo en cada gesto, que es así una cuestión de vida o muerte.

no hay mejor manera de aprender cualquier cosa que cumpliendo la unidad sin fin y sin fondo de todo arte y obrando no con una parte, sino con todo el ser.

La analogía entre el combate consigo mismo y el combate contra la hoja de papel es una fuente infinita de practica y reflexión. Si lo indefinible, lo que, fuera de todo análisis, es, restituye el fondo de la realidad, el sumi-e y la caligrafía son unos de los mejores ejercicios para hacer aparecer la naturaleza del vacio como la única realidad concreta.

En las artes marciales, generalmente, la técnica es indispensable durante diez o veinte años. Pero, finalmente el estado de espíritu es lo primero, esto es particularmente evidente en el tiro con arco. Entre el espíritu y el cuerpo, entre el espíritu y la postura, entre el espíritu y el wasa, la respiración establece la conexión.

El secreto del sable es no desenvainar el sable; no hay que sacar el sable, porque si queréis matar a alguien, debéis morir por ello.

Si se quiere explicar las relaciones entre el espíritu, la conciencia y el verdadero ego, es exactamente como las relaciones entre la luna, su reflejo y el agua del río.

la tranquilidad en el movimiento es el secreto del kendo, la Vía de la espada. Y también el secreto del Budo y del Zen, que tienen el mismo sabor.

la vía mas alta no es difícil, pero no hay que elegir. No hay que tener preferencias, ni gusto ni disgusto.

sábado, 9 de mayo de 2009

Arte o deporte!!!

En las artes marciales japonesas, desde los tiempos antiguos, un solo gesto justo provocaba la muerte. De aquí viene la lentitud, la concentración de los movimientos antes del ataque, Un golpe, y se acabó: un muerto, algunas veces dos, si se daban los golpes justos. Todo se juega en un instante. En este instante, el espíritu decide todo, técnica y cuerpo lo siguen. En todos los deportes de hoy día existe un tiempo de espera. En las artes marciales no hay tiempo de espera: si se le espera aunque solo sea un poco, el espíritu debe estar sin cesar concentrado sobre la situación, dispuesto a atacar o reaccionar. De aquí su importancia primordial.

La técnica no se elige. Ello debe hacerse inconscientemente, automáticamente, naturalmente. El pensamiento no puede intervenir ya que si no, hay tiempo de espera, por consiguiente fallo. La conciencia permanente, despierta de la situación global es pues esencial para que surja el gesto justo: la conciencia selecciona un golpe, técnica y cuerpo parten hacia delante. Y se acabó.

La intuición es siempre esencial! Si el adversario os da un golpe inesperado, debéis tener entonces la intuición de la parada, la conciencia de la huida. ¡Para salvaros del golpe! Conciencia que provocará la reacción del cuerpo y de la técnica apropiada. ¡Pero si pensáis en ese momento: “Debo utilizar tal o cual técnica”, en el instante de vuestro pensamiento, seréis tocado! La intuición desencadena el cuerpo y la técnica. Cuerpo y conciencia se unen: se piensa con el cuerpo entero, se emplea totalmente en la reacción.

Shin, el espíritu, wasa, la técnica, y tai, el cuerpo. Deben estar unidos, No separados. Es su perfecta unión la que crea el acto justo. No su separación. La unidad total.
En las artes marciales japonesas, la Vía del sable, el kendo, ha sido considerada siempre como el arte más noble de combate, ya que es la que mejor une estos tres factores: conciencia-intuición, cuerpo y técnica.

Hay que atrapar suki, la ocasión, la oportunidad. Esto es muy importante. El pensamiento no puede hacerlo. Solamente la conciencia puede atrapar la oportunidad de la acción. El vació en el que hay que actuar.

¡La vida es un combate!

La vigilancia no viene de una tensión excesiva del cuerpo que se fatigaría rápidamente, sino de la atención de la conciencia. De aquí la importancia de shin, el espíritu. El cuerpo manifiesta puntos débiles, la conciencia puede corregir, canalizar, dirigir todo esto.

El año pasado en Kyoto dos maestros de kendo, de alrededor de ochenta años, se enfrentaban en torneo: durante cinco minutos se pusieron uno frente a otro, sable en mano, punta contra punta, sin moverse, absolutamente sin moverse. Y al cabo de cinco minutos, el arbitro declaró combate nulo, Kiki Wake.
Sí. Cuando alguien se mueve, muestra siempre sus puntos débiles. Allí donde los jóvenes se hubieran batido vigorosamente en ataques y acciones más o menos desordenadas, allí donde los hombres de edad madura hubieran hecho entrar en juego toda la experiencia de su técnica, los dos maestros de artes marciales se contentaron con un combate de espíritu, por y con los ojos. Si uno de los dos se hubiera movido, su conciencia se habría movido también, y habría manifestado un fallo. El primero que se hubiera debilitado habría perdido radicalmente ya que el otro reaccionaria rápidamente.

viernes, 8 de mayo de 2009

Sin pensar, sin razonar la acción surge repentinamente!!


Observa, piensa, conviértete, olvida todo y empieza.

"La maestría llega cuando el corazón y la mente ya no son influenciados ni por el propio ego, ni por el adversario, su espada o su habilidad, ni siquiera por la amenaza de muerte; todo es vacío, y hasta la idea de vacío desaparece para dejar que surja la acción perfecta y espontánea".

Querer sacar el sable es la técnica del principiante, Poder sacar el sable es la técnica del experto, Ser el sable es la técnica del Maestro.

Ni la caligrafía ni la pintura, permiten el más mínimo arrepentimiento. La obra largamente trabajada termina surgiendo, natural como una fuente. En este estadio no hay intervención de la persona, es el pensamiento del cuerpo que actúa. El artista vive plenamente su obra, expresión de la vía, expresión de vida. El misterio de las cosas tal cual son.

Los grandes maestros no han dejado de repetir que la maestría más alta es vencer sin combatir. Consideraban que su arte no debía servir para matar, sino para proteger la vida.

Vencer sin combatir no está al alcance de cualquiera. “Un hombre ordinario desenvainará su sable si se siente ridiculizado y arriesgará su vida, pero no será considerado como un hombre valiente. Un hombre superior no es turbado ni por las situaciones más inesperadas, ya que tiene una gran alma y una gran meta”, decía a menudo Funakoshi Gihin. Aquel que no pueda dominarse frente a un peligro corre el riesgo de volverse agresivo y de reaccionar violentamente. De esta manera entra en el juego del adversario. A veces, puede creer incluso que está amenazado cuando en realidad no sucede nada.

Mientras que el que conserva el dominio de sí en todas las situaciones puede enfrentarse con toda lucidez, con todos sus medios. Reaccionar violentamente es una solución fácil. Permanecer tranquilo es signo de fortaleza. Es lo que expresa Lao Tse en una de sus sentencias famosas del Tao Te King: “Imponer su voluntad a los demás es una demostración de fuerza ordinaria. Imponérsela a sí mismo es un testimonio de verdadero poder”.

Cuando escuches en tu interior reconocerás la fuerza del silencio, sentirás tu vida en tu propia respiración y sentirás el flujo de tu propia energía, tu propio ki, cuando seas capaza de controlar tu propio ki con la fuerza de tu mente, nada en esta tierra podrá resistirse a tu voluntad ni a tu poder. Porque cuando se inicia el camino las montañas son montañas y los ríos son ríos, pero con el tiempo las cosas dejan de ser y la mente falsea la realidad, la esencia misma de todo lo que existe, solo el que persevera lograra ver que las montañas vuelven a ser montañas y los ríos, ríos.

Concentrarse significa la salida completa, la descarga total de la energía. Esto debe encontrarse en cada uno de los actos de nuestra vida.

Durante un combate, si se economiza un resto de energía, no se puede ganar. Este es un secreto de las artes marciales. No debemos depender de los wasa, de la técnica. Hay que crear. Si un hombre rico da dinero a su hijo, éste no aprende a ganarlo.

Las artes marciales no son un teatro ni un espectáculo.

En las artes marciales no está el tiempo de espera. La victoria y la no-victoria, la vida o la no- vida, se deciden en un instante. Hay que vivir en el instante: aquí es donde la vida y la muerte se deciden totalmente.

Reflexiones!!!



  • Un fallo en la concentración, un desequilibrio entre el cuerpo y el espíritu no perdonan en un combate real y representan un gran riesgo en los entrenamientos, como así también la falta de eficacia en la vida cotidiana. Rápidamente se descubre que el adversario mas peligroso no hay que buscarlo en otra parte mas que en si mismo. La Vía del combate adquiere así un sentido diferente, en la actualidad, es el verdadero sentido.
  • Todo combate, se sitúe en el interior o en el exterior de nosotros, es siempre un combate contra nosotros mismos.
  • El verdadero dôjô, añaden los Maestros, es el que el discípulo debe construirse en su corazón, en lo más profundo de sí mismo.
  • “Conoce a tu adversario y conócete a ti mismo; cien combates sostenidos serán cien victorias”.
    Si ignoras a tu adversario y te conoces a ti mismo las probabilidades de perder y de ganar son iguales. Si ignoras a la vez a tu adversario y a ti mismo, tus combates no serán más que derrotas.”
  • El descubrimiento, en lo mas profundo del ser, de la esencia sin fondo y sin forma fluye de una meditación dirigida con método en las vías propias del Zen.”
  • “Vuestra felicidad debe ser mi felicidad, y si lloráis, yo lloro con vosotros. Cuando estáis tristes, tengo que entristecerme, y cuando sois felices, debo ser feliz también.” Todo esta ligado, todo se une en el universo. No se puede separar la parte del todo: la interdependencia rige el orden cósmico.
  • La vía mas alta no es difícil, pero no hay que elegir. No hay que tener preferencias, ni gusto ni disgusto.
  • La intuición y la acción deben surgir al mismo tiempo. No puede haber pensamiento en la práctica del Budo. No hay ni un solo segundo para pensar. Cuando se actúa, la intención y la acción deben ser simultáneas. Si se dice: “El monstruo esta ahí, ¿cómo matarlo?”, si se duda, solo el cerebro frontal entra en acción. Así pues, cerebro frontal, thálamus (cerebro profundo) y acción deben coincidir, en el mismo instante, idéntico.
  • La tranquilidad en el movimiento es el secreto del kendo, la Vía de la espada. Y también el secreto del Budo y del Zen, que tienen el mismo sabor.
  • El espíritu es sin forma, pero algunas veces puede tener una: esto es idéntico en zazen.
    Algunas veces se puede atrapar nuestro espíritu, otras veces esto es imposible. Cuando la actividad del espíritu llena el cosmos, que es el espacio comprendido entre el cielo y la tierra, y cuando sabemos atrapar la oportunidad que se presenta, entonces podemos disponer de todos los acontecimientos cambiantes, evitar todos los accidentes y atacar las diez mil cosas en una sola.
  • La naturaleza original de la existencia no puede ser captada por nuestros sentidos, por nuestras impresiones. Cuando la captamos por nuestros sentidos la materia objetiva no es real, no es verdadera sustancia, sino que es imaginación. Cuando pensamos comprender que la sustancia de nuestro espíritu es tal, es un error. Cada uno es diferente. Las formas y los colores son los mismos, pero cada uno los ve de manera diferente a través de sus ilusiones: fisiológicas y psicológicas. Todos los problemas de nuestra vida cotidiana encontrarán una solución con el tiempo al cabo de veinte, treinta años; y, en el momento de entrar en vuestro ataúd, nadie os amará más, salvo quizá con un amor espiritual. Los problemas de la vida son diferentes para cada uno, y cada uno tiene necesidad de un medio diferente para resolver sus problemas. Por consiguiente tenemos que crear nuestro propio método. Si se imita, se cae en el error. Hay que crear por sí mismo.
  • En las artes marciales, hay que penetrar los elementos, los fenómenos, y no pasar al lado de ellos. Las artes marciales son pues esencialmente viriles, ya que el hombre penetra a la mujer. Pero en nuestra época todo el mundo quiere economizar su energía y se vive a medias. Siempre se esta incompleto. Las gentes viven a medias, tibias como el agua del baño.
  • Durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante en instante.
  • La corriente del agua no vuelve nunca hacia atrás. El agua pasa, pasa... pero la luna no se mueve. Durante un combate, el espíritu tiene que ser como la luna, pero el cuerpo y el tiempo pasan, pasan como la corriente. El instante presente no vuelve jamás.