martes, 12 de mayo de 2009

Movimiento en calma


  • Al practicar la técnica se resolverán las confusiones y una vez obtenida la maestría, la esencia del Principio será aprendida. De esta manera un profundo conocimiento de sí tendrá lugar.
  • Al comienzo el Maestro enseña la técnica sin gastar una sola palabra sobre su significado; espera, simplemente, que el estudiante lo descubra por sí mismo. Esto se llama “tensar el arco sin disparar”.
  • No es a causa de ninguna debilidad que el Maestro se abstiene de dar explicaciones; lo hace con el propósito de obligar al alumno a que aprenda prácticamente entregando su Corazón.
  • Cuando el alumno ha practicado con todo su corazón y ha conseguido resultados por sus propias fuerzas, recién entonces vuelve el Maestro, y este último, si su Corazón se lo dicta, no hace más que confirmar lo que el alumno ya ha experimentado.
  • No hay instrucción explícita por parte del Maestro. Esto no se aplica solo a las artes, sino al conocimiento en general. Confucio dijo: Si le muestro un ángulo y no descubre los otros tres no se lo repetiré.
  • Entre los hombres de nuestra época, los sentimientos son bajos y la voluntad débil; desde su infancia son inhibidos por el confort y los esfuerzos mal administrados, se educan con una mentalidad ventajosa y están esperando aprovechar la menor oportunidad a su favor.
  • Si fueran instruidos con el método de los antiguos todo sería diferente, pero en la realidad no hay nadie que lo haga de esta manera.
  • En la actualidad, el Camino es revelado por las enseñanzas del Maestro, que tiene palabras comprensibles aún para el principiante que se inicia en los secretos del arte. El Maestro toma al alumno de la mano y lo tira hacia adelante mostrándole la dirección correcta. No es más que esto. Pero precisamente porque son conducidos de esta manera muchos se aburren y no llegan muy lejos.
  • Después de un cierto tiempo los practicantes alcanzan un alto grado de comprensión del Principio; pero entonces es cuando comienzan a rechazar a los antiguos por su inadecuación a la actualidad y más aún ¡se empeñan en alcanzar el cielo sin tener la practica suficiente!. Esta es la tendencia que predomina en nuestros días.
  • Guiar a una persona es como conducir un caballo; la Fuerza Vital que lo induce a permanecer en movimiento con armonía debe ser estimulada y aquella que lo lleva a salirse de su rumbo debe ser suprimida. ¡Todo esto debe lograrse sin emplear la fuerza!.

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