lunes, 29 de junio de 2009

Todo en uno




  • "A menudo a quien le falta la cualidad esencial de la total seriedad, puede refugiarse en la teoría. La verdadera práctica no se hace con palabras, sino con el cuerpo entero. Lo que aprendas por habérselo oído a otros, lo olvidarás fácilmente; lo que aprendas con tu cuerpo, lo recordarás toda la vida"



  • La nada es lo que esta exactamente entre esto y aquello. El vacío incluye todo, puesto que no tiene opuestos, no existe nada que el vacío excluya a lo que se oponga. Es un vacío viviente, porque todas las formas salen de el y quienquiera que comprenda el vacío esta lleno de vida, de poder y del amor de todos los seres.



  • El budo designa el sendero que da vueltas en el corazón de las artes marciales. Esta Vía del combate es empinada. La presencia del adversario exige la presencia de si mismo en cada gesto, que es así una cuestión de vida o muerte.



  • Un fallo en la concentración, un desequilibrio entre el cuerpo y el espíritu no perdonan en un combate real y representan un gran riesgo en los entrenamientos, como así también la falta de eficacia en la vida cotidiana. Rápidamente se descubre que el adversario mas peligroso no hay que buscarlo en otra parte mas que en si mismo. La Vía del combate adquiere así un sentido diferente, en la actualidad, es el verdadero sentido.



  • De hecho no hay mejor manera de aprender cualquier cosa que cumpliendo la unidad sin fin y sin fondo de todo arte y obrando no con una parte, sino con todo el ser.



  • La analogía entre el combate consigo mismo y el combate contra la hoja de papel es una fuente infinita de práctica y reflexión. Si lo indefinible, lo que, fuera de todo análisis, es, restituye el fondo de la realidad, el sumi-e y la caligrafía son unos de los mejores ejercicios para hacer aparecer la naturaleza del vacío como la única realidad concreta.

lunes, 22 de junio de 2009

El arte de vivir




  • Hay tres clases de personas: Aquellas que hacen que las cosas ocurran, Aquellas que esperan que las cosas ocurran, Aquellas que se sorprenden por lo que ha ocurrido. ¿A que grupo perteneces?.



  • Aquél que obtiene una victoria sobre otro hombre es fuerte, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo es poderoso.



  • Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.



  • El hombre vulgar cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.



  • El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil.



  • Las palabras elegantes no son sinceras



  • Las palabras verdaderas no son agradables, y las agradables no son verdaderas.



  • Saber creyendo no saber, eso es lo excelso. No saber creyendo saber, eso es una enfermedad.



  • Si a un pueblo no le importa morir ¿de qué sirve amenazarlo con la muerte?


  • Si das pescado a un hombre hambriento lo nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida.


  • Un viaje de mil millas empieza con un paso.


  • El camino que puedes seguir no es el camino real. El nombre que puedes decir no es el nombre real, Es el alma que no busca quien ve lo que está oculto, y el alma que siempre busca sólo ve aquello que quiere.


  • Nadie puede ver su reflejo en el agua que corre. Sólamente podemos ver en el agua inmóvil.


  • Teniendo los dos pies en la tierra, siempre mantendrás tu equilibrio.

martes, 9 de junio de 2009

La misma vida II


  • Porque para que la acción sea justa, es necesario que la meditación la preceda y coexista con ella. Solamente entonces se descubre la verdadera libertad. En las artes marciales, generalmente, la técnica es indispensable durante diez o veinte años. Pero, finalmente el estado de espíritu es lo primero, esto es particularmente evidente en el tiro con arco. Entre el espíritu y el cuerpo, entre el espíritu y la postura, entre el espíritu y el wasa, la respiración establece la conexión. El secreto del sable es no desenvainar el sable; no hay que sacar el sable, porque si queréis matar a alguien, debéis morir por ello.
  • Hay que matarse a sí mismo, matar el propio espíritu. En este momento, los demás tienen miedo y huyen. Se es el más fuerte y los demás no se acercan. No es necesario pues vencer. Dejad pasar los pensamientos. De esta manera, podréis encontrar la sustancia del ego.
  • Si se quiere explicar las relaciones entre el espíritu, la conciencia y el verdadero ego, es exactamente como las relaciones entre la luna, su reflejo y el agua del río.
  • La postura de Budo, sin movimiento, es la postura de Muso: la no-postura no es solamente el acto de no moverse con el cuerpo, sino también no moverse con el espíritu. Alcanzar el espíritu inmóvil.
  • Por eso, en las artes marciales, aunque un samurai sea atacado por una decena de hombres, puede vencerlos a todos. Eso es lo que se ve en las películas japonesas. Para los europeos, esto parece imposible. De hecho no se trata de teatro. Porque diez personas no pueden atacar a la misma persona al mismo tiempo, sino que vienen una detrás de otra. Cuando un maestro de judo es atacado sucesivamente por diez discípulos, su espíritu cambia rápidamente y se concentra en el instante sobre cada nuevo adversario.
  • El espíritu del maestro está siempre cambiando. No permanece sobre una sola cosa o una sola persona. Deja pasar... El cuerpo tampoco permanece. La sustancia del ego es Fu Do Chi, “sabiduría inmóvil”. Entre la intuición, la sabiduría y la acción del cuerpo, hay siempre unidad. Aquí se encuentra el secreto del Zen y de las artes marciales. De la misma manera que las artes marciales no son solamente un deporte, el zazen no es un cierto tipo de masaje o de cultura espiritual.
  • El método la vía que estaba dirigida a partir en dos a la gente, se transformó entonces en método para cortar el espíritu propio. Vía del espíritu de decisión, de resolución y determinación. Este es el verdadero kendo japonés, el verdadero Budo. Hay que ser fuerte y obtener la victoria gracias al espíritu de decisión. Situarse mas allá de la norma, trascender el combate, hacer de el una victoria espiritual.
  • En esa época, estas prácticas no tenían nada de deporte, contrariamente a lo que sucede hoy día en Europa. Los samuráis tenían una visión más alta de la vida. Zen y artes marciales no forman parte de un método de salud. Los europeos quieren utilizar siempre las cosas.
  • Las artes marciales no son un juego-deporte. En ellas existe un sentido mucho más profundo y esencial: ¡El de la vida! Y por consiguiente el de la muerte, puesto que los dos términos son de hecho indisociables.
    El verdadero kendo, el verdadero Zen deben estar más allá de la relatividad. Esto quiere decir: “Dejar de elegir, de seleccionar un lado o el otro en lo relativo.” ¡Tomar una sola decisión!
  • La Vía del Budo debe estar más allá. El tigre o el león son fuertes y quieren vencer, por instinto y deseo. Ellos no piensan en abandonar su ego. Pero los seres humanos pueden estar más allá del ego y de la muerte. En el Budo, se debe llegar a ser más fuerte que el león o que el tigre, abandonar el instinto animal apegado al espíritu humano.

domingo, 7 de junio de 2009


  • El gesto cien veces repetido, mil veces recomendado, permite borrar lentamente la técnica. Sólo entonces es cuando, leberado de todo artificio, se desprende un arte que unde sus raices hasta en el inconciente. Como el arquero de Lao-Tse, que tira al arco habiendo perdido todo conciencia del ademán, pórque ha llegado a ese grado que linda con la perfeccion.

  • "No hay mayor soledad, dice un proverbio japonés, que la del samurai."

  • Todo es ritual en Iai: la postura del sable y la de la hoja, la de los pies desnudos - con los talones juntos - asi como la posición del busto. En este ceremonial, todo concurre a hacer desplazar hacia el bajovientre, ese lugar impreciso donde según parece se sitúa nuestro centro de gravedad, toda la fuerza retenida hasta entonces.

  • Puede parecer incomprencible, y hasta inconcebible,que el arte de desenvainar un sable pueda conducir al absoluto.

  • Contrariamente a la ascesis, que libera al espíritu con menosprecio del cuerpo, el Iai exhorta a un esfuerzo paralelo de equilibrio y armonía.

  • Se ha dicho que Iai hace atravesar desiertos que, insenciblemente, fertiliza hasta la propia aridez...

  • Son muchos los que piensan que el sable del samurai, al convertirse en objeto de culto, sirve a una espiritualidad que paulatinamente ha caído en la morbosidad.

  • El gesto se acompaña de una simbolización directamente engendrada por el sable. La hoja, cual un poder contenido, surge de la vaina como una centella que desgarra el espacio. Y ese gesto debe coincidir con el momento preciso en que el cuerpo reclama ese surgimiento. Un gesto conciso, rápido, que modula el hara.

  • El cuerpo, la mano, pero también el ojo... comunmente se dice del ojo que es el reflejo inmediato del alma. El saber popular no se equivoca, pues la sencibilidad de un hombre se mide en la densidad de su mirada.

  • En la práctica de la vida cotidiana, el discipulo ha de presentir el momento en que reflexión y accción se yuxtaponen, como en ese instante fugitivo en el que la hoja se desliza fuera de la vaina.

  • Perplejidad, miedo, duda - tres sentimientos, tres estados psicológicos profundamente arraigados en el ser humano desde el instante mismo de su nacimiento.