domingo, 7 de junio de 2009


  • El gesto cien veces repetido, mil veces recomendado, permite borrar lentamente la técnica. Sólo entonces es cuando, leberado de todo artificio, se desprende un arte que unde sus raices hasta en el inconciente. Como el arquero de Lao-Tse, que tira al arco habiendo perdido todo conciencia del ademán, pórque ha llegado a ese grado que linda con la perfeccion.

  • "No hay mayor soledad, dice un proverbio japonés, que la del samurai."

  • Todo es ritual en Iai: la postura del sable y la de la hoja, la de los pies desnudos - con los talones juntos - asi como la posición del busto. En este ceremonial, todo concurre a hacer desplazar hacia el bajovientre, ese lugar impreciso donde según parece se sitúa nuestro centro de gravedad, toda la fuerza retenida hasta entonces.

  • Puede parecer incomprencible, y hasta inconcebible,que el arte de desenvainar un sable pueda conducir al absoluto.

  • Contrariamente a la ascesis, que libera al espíritu con menosprecio del cuerpo, el Iai exhorta a un esfuerzo paralelo de equilibrio y armonía.

  • Se ha dicho que Iai hace atravesar desiertos que, insenciblemente, fertiliza hasta la propia aridez...

  • Son muchos los que piensan que el sable del samurai, al convertirse en objeto de culto, sirve a una espiritualidad que paulatinamente ha caído en la morbosidad.

  • El gesto se acompaña de una simbolización directamente engendrada por el sable. La hoja, cual un poder contenido, surge de la vaina como una centella que desgarra el espacio. Y ese gesto debe coincidir con el momento preciso en que el cuerpo reclama ese surgimiento. Un gesto conciso, rápido, que modula el hara.

  • El cuerpo, la mano, pero también el ojo... comunmente se dice del ojo que es el reflejo inmediato del alma. El saber popular no se equivoca, pues la sencibilidad de un hombre se mide en la densidad de su mirada.

  • En la práctica de la vida cotidiana, el discipulo ha de presentir el momento en que reflexión y accción se yuxtaponen, como en ese instante fugitivo en el que la hoja se desliza fuera de la vaina.

  • Perplejidad, miedo, duda - tres sentimientos, tres estados psicológicos profundamente arraigados en el ser humano desde el instante mismo de su nacimiento.

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