La armonía del cielo y de la tierra
En la práctica del Zen como en la de las artes marciales, es esencial concentrarse sobre la expiración. Esto conduce la energía hacia la parte baja del cuerpo y de la columna vertebral y produce una expansión que da fuerza.
Si practicáis zazen no debéis hacerlo a medias, sino concentraros totalmente sobre la respiración justa y la postura justa; de esta manera el verdadero zazen se vuelve completamente fresco. Si lo hacéis verdaderamente, zazen se revela más difícil que las artes marciales. Pero si lo repetís todos los días, se vuelve Dokan, la esencia, la repetición. ¡También en zazen uno repite para vivir o para morir!
El Budo japonés se ha desarrollado en relación directa con la ética, la filosofía y la religión, y sin ninguna relación con el deporte. Por eso, todos los viejos textos sobre los antiguos Budo que nos han sido transmitidos se sitúan en el nivel de la cultura intelectual y mental, y desarrollan una reflexión sobre el ego. Explican y enseñan la técnica profunda de la Vía.
¿Cómo hacer para practicarla?
Do, que significa en japonés la Vía, no es solamente una técnica, un wasa. Kendo, judo, aikido, kyudo... todo esto es el Budo. El kanji Bu, cuando se analiza, significa detener el sable, parar el combate.
A la ceremonia del té se la llama chado. Al ikebana, arreglo de flores, kado. La caligrafía es Shodo. El perfume, la madera perfumada de sándalo que se consume, es kodo. Kodo Sawaki amaba mucho el kodo. Tenía el mismo nombre. Do, la Vía, significa el método de Vida, la enseñanza para el ego, la vía para comprender en profundidad el espíritu propio. El Budismo, Butsudo en japonés, significa la vía del Buda, o como descubrir realmente nuestra verdadera naturaleza, nuestra naturaleza original. Esto significa también que hay que armonizarse con el cielo y con la tierra con el fin de que el espíritu interior sea completamente libre. Abandonar el egoísmo.
En el San Do Kai (Unión de la esencia y de los fenómenos), de Sekito Zenji (700-790), se dice sobre la Vía: “No hay en ella ni maestro del norte ni maestro del sur.” Y si el Hokyo Zan Mai (el Samadhi del Espejo Precioso) significa la esencia de la Vía, Sho Do Ka (el libro de Yoka Daichi, 649-713, discípulo de Eno) quiere decir: certificar la vía.
Sho: garantía. Do: vía. Ka: canto.
Es pues el canto lo que certifica la vía. Shin-To es Shindo, la Vía de Dios.
El espíritu del Zen, transmitido de la India por Bodhidharma, extendió el Budismo Mahayana en China. Se desarrollo fusionándose con el pensamiento chino para convertirse en la verdadera Vía. Hoy día, el Budismo ya no existe en China, pero Do se ha vuelto una costumbre. Ni siquiera Mao pudo cortar el espíritu de Do. Do Kyo es la enseñanza de la vía que continua hasta nuestros días.
El Zen y la Vía se mezclan en armonía. Por eso, casi todos los grandes maestros Zen dicen Do y no Zen.
Ellos no empleaban la palabra Zen, que sobre todo ha sido retenida por el Occidente.
Un celebre profesor japonés. Yamada Soko (1622-1685) meditó sobre la Vía de los samuráis. Quiso aumentar su cultura y con esta intención impartió una enseñanza especial.
“Si un samurai quiere tener responsabilidades en política, si quiere dirigir a los civiles y convertirse en su jefe, debe realizar la Vía. Por eso, el samurai no debe ser solamente un guerrero, sino que debe, además del Budo, adquirir una cultura intelectual sobre la literatura, el Budismo, la filosofía china y el Shinto, la Vía de los dioses.” El Bushido era la esencia de la educación japonesa que se extinguió después de la guerra. Yo he recibido esta educación ya que los profesores del Bushido daban una educación a la vez militar y civil: Bun Bu Ryodo, la doble Vía, las dos son necesarias, como lo masculino y lo femenino, como las dos alas de un pájaro. La literatura, la filosofía, la poesía, la cultura en general, tienen un lado femenino, y el Budo, arte militar, es masculino. Siempre debe haber una armonía entre los dos. No pueden existir solos, separados. Esto no forma parte solamente de un conocimiento, de un saber, sino que es la vía misma de la sabiduría. Por esta vía, el sabio debe dirigir a los civiles. Por esto, la mayoría de los samuráis debían adiestrarse en la virtud. Debían tener cualidades nobles, cultivar una personalidad elevada, estudiar la historia de las civilizaciones y realizar la Vía. La enseñanza de Yamada Soko no era dada más que a una élite. Los profanos no tenían acceso a ella. Por la fuerza de esta enseñanza total, la Vía del samurai se hizo poco a poco popular en el Japón, y su reputación se extendió en el mundo entero. Porque la sabiduría del Zen había sido su origen.
Con respecto a la cultura de los samuráis y de la vía interior profunda, que penetra el espíritu, Dogen escribió el Ben Do Wa. Ben, es el estudio, la comprensión: Do, es la Vía. Wa, hablar. Ben Do Wa: comprender por los discursos. Este es el método, la enseñanza para comprender la Vía. El Ben Do Wa describe lo que es zazen, la esencia de la Vía. A continuación, explica cómo practicar la vía. En el Gakudo Joshinshu, otro libro importante, el punto de partida es también la pregunta: ¿Cómo estudiar la Vía? este es el libro de la atención, de la vigilancia. La atención de aquel que estudia la Vía.
Además, en el Genjo Koan, se dice: “¿Qué es la vía del Buda?” Es estudiar el ego. ¿Qué es estudiar el ego? Es olvidarse a sí mismo. ¿Qué es Bo Dai Shin? ¿Qué es este espíritu de iluminación de despertar, Bo Dai, Satori? ¡Es la Vía! “No pienses. No busques. No desees. No retengas. No obtengas. No abandones.” Y en el Tendao, se dice que la Vía consiste en seguir todos los fenómenos, en seguir el poder cósmico, el sistema cósmico. Para que el ser humano comprenda esto, le es necesario practicar zazen, esa postura de concentración y de despertar de la que hablan todas estas obras. Porque para que la acción sea justa, es necesario que la meditación la preceda y coexista con ella. Solamente entonces se descubre la verdadera libertad.
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