jueves, 21 de junio de 2012

Espiritu del Budo





El término de arte marcial es una traducción directa de budo 武道 o bujutsu , que llegó al inglés a principios del XX y al castellano a mediados del mismo siglo. En esa importación se trajeron las acepciones que tenía en el Japón moderno, esto es, un sistema de combate codificado y estructurado que formaba al artista a todos los niveles, especialmente de manera espiritual y filosófica asociado a una escuela ampliamente extendida que mantiene una práctica cohesionada.11 Esta, claro, no ha sido siempre la forma que han tenido las artes marciales en Japón, pero así se ha fijado en su proceso de internacionalización y de esta manera ha influido en la configuración del concepto. En el proceso se ha hipertrofiado el concepto para que abarcara artes marciales ajenas a la cultura japonesa, comenzando con las que tienen su origen en el extremo oriente, hasta incluso sistemas de combate y lucha europeos.

Los kanji 漢字para designarlo en China y Japón son las mismas, únicamente difieren en la pronunciación: los chinos pronuncian wu shu 武術 mientras que los japoneses lo hacen bu jutsu武術 . El génesis mitológico de estas artes se remonta al monje Daruma, más conocido como Bodhidarma(el iluminado), un monje hindú que recorrió China a principios del siglo VI para renovar el budismo, liderando una corriente reformadora que se llamó Dyana en sánscrito, T´Chan en china y Zen en Japón. Se asentó en el monasterio Shaolín, donde les enseño como remedio a la decrepitud física debido a la inmovilidad y el sedentarismo, una serie de movimientos pertenecientes a artes marciales indias y chinas, completadas con técnicas de yoga. Este método tomó el nombre de I Ching Ching. El monasterio se convirtió pronto en la más célebre escuela de artes marciales.

Las artes marciales modernas realmente comienzan a gestarse en el siglo XVI, y no se consolidan hasta el XVIII, en el que la modernización de Japón, la extensión de medios de transporte y comunicación, y la masificación de población en ciudades permiten el salto de la práctica dentro del clan o el nucleo familiar, semi-secreto, a la práctica reglada en los dojo 道場, y la sistematización y coherentización de la práctica. A finales de XIX y principios de siglo XX, grandes maestros japoneses, temiendo el contacto con occidente, cambiaron los antiguos nombres de bujutsu 武術 tales como jiujutsu 柔術, aikijutsu 合気術, kenjutsu 剣術, en judo 柔道, aikido 合気道, kendo 剣道, no tanto para diferenciarse, como se ha dado a decir, entre líneas más duras o marciales, sino para separarse de prácticas deportivas. Son los kata sobre todo las depositarias del espíritu del budo 武道 . Los kata , traducidas deficientemente como forma o modelo, son una serie de movimientos predeterminados, estandarizados, golpes, proyecciones, luxaciones, blocajes y desplazamientos, que se pueden trabajar en solitario, por pareja o incluso grupo. A primera vista son una especie de libro en movimiento de donde el alumno puede leer y debe memorizar las técnicas del arte, además de un benéfico ejercicio para la coordinación física y respiratoria, para el sentido del ritmo, para la concentración y para la salud. Pero los kata son, así como los libros sagrados, un mensaje codificado y estratificado, en el que hay que profundizar lentamente. Conforme se practican, van desvelando el mensaje a aquel que esta dispuesto a escucharlo, desde la dimensión espiritual que contienen hasta movimientos ocultos. Adentrémonos ahora en alguna de estas artes, por ejemplo el kenjutsu 剣術. El kenjutsu 剣術 fue un registro de escuelas antiguas del arte de la espada, que eran el entrenamiento de base del artista marcial. El arte de la espada, de la que nunca se separaban. Si observamos un kata de alguna escuela de kenjutsu 剣術, nos encontraremos con más silencio, más quietismo que movimiento. La diferencia entre estos y los deportes de contacto es abismal. Los contendientes se concentran, hay que hacerse uno con la espada, con el adversario. No hay mas enemigo que uno mismo. Y si nos vencemos, seremos invencibles. El iado 居合道 , el arte de desenfundar la espada, convertía el combate en un instante, un único tajo, que dependía de los reflejos, y, sobre todo, del zanshin 残心 del budoka 武道家 . El trabajo de concentración y forja del movimiento a través de la práctica de la etiqueta eleva al artista a niveles superiores de la práctica. Ese zanshin 残心 puede traducirse como “final perfecto”, de manera literal, pero nuevamente nos encontramos con que la literalidad no nos ofrece solución alguna. Takagui sensei 先生 , maestro de karate 空手 , llama la atención de un alumno extranjero tras la ejecución de un kata por parte de este. Le pregunta si conoce el significado de esta palabra, zanshin 残心, a lo que el alumno contesta con la traducción literal. Takagui sensei le corrige. Zanshin esta formado por dos caracteres; el primero, Zan , significa permanecer, continuar. El segundo, shin , quiere decir corazón o mente. La conexión entre el zanshin 残心 necesario para el bushi 武士 y el alumno que realiza el kata reside en esa idea de permanencia del espíritu, en calma pero atento, vacío y a la vez impregnándolo todo, llenando la sala, la espada, el puño, y el enemigo. Tomemos por ejemplo una clase de karate 空手13, una de las artes marciales modernas por antonomasia. Un nuevo alumno, extranjero, entra en un dojo 道場, tradicional japonés. Es hora de comenzar la clase. Se toca un gran tambor, un taiko 太鼓, y los alumnos se reúnen en el tatami . Entonces, entra el sensei 先生 y se dirige al lugar donde se encuentra el tokonoma 床の間 con su altar. Suele haber una foto con el fundador del estilo que allí se practica. Entonces comienza el reigi 礼儀(normas de etiqueta del dojo 道場) Todos los alumnos están en yoi 用意, posición de espera, en pie. Después el sensei 先生 se arrodilla en seiza 正座 , sentado sobre sus pies con las rodillas apoyadas en el suelo y separadas un par de puños. Entonces el Senpai 先輩 de la clase, el alumno más antiguo y de mayor nivel, ordena seiza 正座 y todos los alumnos se sientan. El sensei 先生 se gira, siempre sobre sus rodillas, hacia donde esta el altar. El Senpai 先輩 dice “Shinden ni rei”(saludar a los antepasados), y todos, incluido el maestro, se inclinan respetuosamente agachando la cabeza con las manos apoyadas en el tatami. El sensei 先生 vuelve a su sitio y ordena “mokuso”黙想, concentración14. La meditación dura solo unos minutos, hasta que el maestro cree que ya se ha creado el ambiente para la clase. Entonces ordena. “mokuso yame黙想止め (fin de la meditación) Todos dirigen su mirada al profesor y el senpai 先輩 dice: “Sensei ni rei先生に礼 (saludo al profesor). Todos, incluido el profesor, se inclinan. El profesor se pone en pie y el senpai dice: “tatte立って (levantaos). Todos se ponen en pie y dice: “Otagai ni rei たがいに礼(saludo a los compañeros) y todos saludan de pie, inclinando levemente el torso. Han transcurrido aproximadamente 5 minutos desde el principio de la clase, y este ceremonial se realiza en todas las clases. ¿Cómo podría entender un entrenador de un deporte de contacto, que potencia la agresividad en el combate, entender qué es y para qué sirve toda esta parafernalia, si al final van a acabar pegándose, aunque le dediquen mucho mas tiempo del que él cree necesario al trabajo de la técnica? Surgen, por si solos, los problemas que conllevan todos estos términos,
estas artes, la filosofía que de ellos brota. Son básicamente dos, uno general a cualquier traducción, pero que se muestra especialmente problemático en esta lengua, y uno específico al tema que abordamos, el zen y las artes, habiendo tratado especialmente el budo武道. El problema general fue tratado fantásticamente por el premio Nobel de literatura Octavio Paz en su artículo Sobre la traducción10: no hay cabida en muchas ocasiones para la traducción15, sino para la interpretación del texto por parte del traductor. En el caso del Japonés, dada la distancia cultural existente, esto se hace especialmente cierto y especialmente dificultoso en algunas ocasiones. La traducción de haiku fue un arduo trabajo para Paz, no es tanto traducir un texto como volver a escribir una poesía, nueva y original, pero a la vez la misma, una interpretación de la obra de un autor con un trasfondo cultural radicalmente distinto al nuestro. El segundo problema, específico de esta temática, el zen y el budo, es si cabe todavía más difícil de resolver. ¿Cómo traducir un texto, una serie de palabras, que no s'olo arrastran toda una concepción del mundo sino que necesitan de la práctica, de la experiencia vivida para cobrar sentido? Podemos traducir mu por nada, pero jamás, a menos que practique budismo zen, un occidental podrá entender el significado último de esta palabra. Jamás tomaremos por referente lo mismo. Podríamos traducir también, por ejemplo, el término hara como bajo vientre. Pero obviaríamos todas las connotaciones que tiene hara para un japonés. El hara , compuesto por llamado kikai tandem 気海丹田 u océano de energía y el koshi , es el centro de gravedad y de la energía, el ki ; El lugar en el que corta el tantō 短刀 o el wakizashi 脇差 al hacer seppuku切腹, suicidio ritual; también se le llama hara kiri 腹切. La sensación del ki en la zona del hara le es ajena incluso a los practicantes occidentales de alto nivel de artes marciales, ¿Cómo podría un occidental que no hubiera practicado jamás ningún arte marcial, no hubiera hecho zen , llegar a acercarse siquiera a entender que es todo lo que connota el termino hara para un japonés? El gran problema reside en que no podemos compartir las experiencias a través del lenguaje ni el uso únicamente del intelecto, no poseemos el referente del que provienen estas palabras en su lengua de origen. Y aunque tratáramos de acercarnos con una interpretación, como traducir ”De mi sensibilidad a tu sensibilidad” unos términos cuya traducción literal es tan lejana a sensibilidad como corazón o alma, para que un occidental logre acercarse a entender lo que un japonés trata de describir con la expresión Kokoro no kokoro (o I sin den shin)以心伝心, nunca lograríamos transmitir lo que tratamos de transmitir sin compartir el conocimiento experiencial del referente. Tratar que alguien entienda a través de los libros, o de esta conferencia lo que es el zen o el Budo, es como pensar en lanzar a atravesar un profundo río a un incauto aprendiz, que jamás hubiera conocido mas concentración de agua que una bañera, con un libro que tuviera por titulo “aprenda a nadar en dos semanas”. Los libros son tan solo la orilla y la brisa, sugerente pero incapaz de satisfacernos. Pero este problema puede ser fuente de algo fantástico. La curiosidad, el mínimo esfuerzo por poder traducir un texto o entender un concepto, nos pueden llevar, como nos ha llevado, a acercarnos a una mentalidad tan radicalmente distinta, y que nos es tan ajena, como la japonesa. Y el dialogo intercultural que se establece es tan enriquecedor como distintas son las culturas que une. Y el encuentro entre las sensibilidades europea y japonesa ya ha dado algunas muestras de lo que es capaz de llegar a crear si lo que se entabla es una conversación de mutuo respeto y curiosidad, una conversación en la que todo el mundo gana mucho mas de lo que pueda llegar a creer, ya que lo que se ofrece es tan solo un idioma, unas costumbres, una historia, y lo que se recibe es todo un mundo. Zen _____no es sólo una teoría, sus consecuencias no se circunscriben solo al intelecto o a la visión antropológica. Cuando el Zen entra en una vida, o cuando una persona practica un budo , y sobre todo cuando hace ambas cosas, en la línea marcada por maestros como Yamaoka Tesshu, se arraiga en cada uno de sus actos, cada uno de sus pensamientos, cada una de sus pulsiones, y le lleva con sutileza a un único lugar: la tranquilidad.

2 comentarios:

  1. Muchas felicidades por el artículo, ¡muy bueno!
    En estos tiempos es importante encontrar y manifestar las cosas como son, dado que hay mucha paja y muy poco trigo.

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