lunes, 14 de diciembre de 2009

Jardin Japonés


SENTIDO DEL JARDIN JAPONES

Principalmente, reconocer el concepto de que la naturaleza es un ideal por el que vale la pena esforzarse. En ese sentido, puedes idealizarla, e incluso simbolizarla, pero nunca debes crear algo que ella no pueda hacer por sus propios medios.
Por ejemplo, nunca encontrarás un estanque cuadrado en una zona silvestre. Ciertamente, podrías utilizar una cascada, pero no una fuente. Otro punto clave a recordar es el equilibrio, o sumi. Siempre debes tratar de crear grandes paisajes, incluso cuando dispongas del más pequeño de los espacios.
Ese hermoso pedrusco de nueve toneladas mira directo a la casa desde el jardín de 50 x 50 metros, pero ¿qué efecto tendría en un patio de 10 x 10? Tendría toda la gracia y sutileza que tendría un caballo en un closet. La moraleja: escoge tus componentes con mucho cuidado.
Las rocas pueden representar montañas completas, y las piscinas se convierten en lagos. Un montón de arena rastrillada se puede convertir en un océano entero. La frase “menos es más” fue seguramente dicha por primera vez por un maestro de la jardinería japonesa.
Elementos de tiempo y espacio
Una de las primeras cosas que llama la atención de los ojos orientales que se disponen a contemplar un jardín japonés es el “vacío” de proporciones del mismo. Esto resulta inquietante, sobre todo para jardineros acostumbrados a llenar cada espacio del jardín con amotinamiento de colores, pero es el elemento clave en el diseño de jardines japoneses.
Este espacio, o ma, define los elementos que lo rodean, y es asimismo definido por los elementos alrededor de él. Es el verdadero espíritu de in y yo, que muchos de nosotros conocemos con las palabras chinas yin y yang. Sin la nada no es posible tener algo. Este es un punto difícil de entender, pero es el principio central de la jardinería japonesa.
Otro punto clave a considerar es el concepto de wabi y sabi. Como ocurre con muchas palabras japonesas, no hay traducción que podamos aplicar. Wabi puede denotar algo único, o el espíritu de algo; lo más cerca que podemos llegar de una traducción literal es “solitario”.
Sabi define el tiempo o la imagen ideal de algo; la definición más cercana podría ser “pátina”. Mientras un farol de cemento puede ser único en su tipo, carece de esa imagen ideal. Una roca puede ser vieja y cubierta con líquenes, pero si sólo es un canto rodado no tiene wabi. Debemos luchar para encontrar ese equilibrio.
Ambos conceptos –de ma y wabi/sabi- tienen que ver con el tiempo y el espacio. Donde el jardín es nuestro espacio, el tiempo es apropiadamente presentado por las estaciones cambiantes. A diferencia del jardinero occidental -quien abandona el jardín desde el otoño y no vuelve a aparecer hasta la primavera- el jardinero japonés visita asiduamente y aprecia su jardín en todas las estaciones.
En primavera puedes deleitarte en el verde brillante de los nuevos capullos y las flores de las azaleas. En verano, tienes la posibilidad de apreciar los contrastes del exuberante follaje pintado sobre frescas sombras y el salpicado de koi en el estanque. El otoño arranca los colores brillantes de las hojas moribundas mientras caen en el silencio mortal del invierno; el jardín enterrado bajo un velo de nieve...
Los inviernos, en Japón, son una estación tan apropiada para la jardinería como las primaveras. Los japoneses hacen referencia a la nieve apilada en las ramas de los árboles como sekku, o flores de nieve. Asimismo, hay un farol, conocido como yukimi, que es conocido como el farol para visualizar la nieve.
Incluso, esta estación, que representa la muerte del jardín, es vital para el jardinero japonés, mientras el jardinero occidental se enfurruña hasta la primavera. Quizás se trata de la aceptación oriental de la muerte como un componente necesario del ciclo de vida -¿o es el miedo del occidental a la muerte?- que diferencia a los dos jardineros.




Los jardines japoneses son muy diferentes a los estilos de jardines de occidente. La mayoría dicen que los jardines japoneses sirven más para tranquilizar el alma e inspirar la meditación. Los jardines japonese son una forma cultural de jardinería destinada a producir una escena que imite a la naturaleza cuanto sea posible. Utilizando árboles, arbustos, rocas, arena, colinas artificiales, lagos y agua que fluye, la jardinería se vuelve una forma de arte. Las tradiciones Zen y Shinto son ambas una parte importante de la jardinería japonesa y, por esta razón, los jardines poseen un estilo contemplativo y reflexivo.



DISTINTOS SÍMBOLOS DEL JARDÍN JAPONÉS

• SIMBOLOS: Las rocas pueden representar montañas, el agua puede ser una laguna, y la arena rastrillada un océano. El jardín es un microcosmos de la naturaleza, y para ser un verdadero refugio primero debe estar aislado del mundo externo. Una vez creado este espacio debemos crear un método (y un estado mental) para entrar y salir de este microcosmos. Si el jardín está vallado, el que lo ha diseñado ha podido controlar cómo ha de ser visto por su visitante, y aunque cerrado, ha podido utilizar la técnica del “paisaje prestado” para agrandar sus líneas.
El primer elemento que encontramos al entrar en un jardín vallado es el camino.

• CAMINO: Un camino es una “guía”, marca un cadencioso ritmo para circular, para decidir lo que se ve.. es una forma de “revelar” el jardín. Su diseño ha de ser cuidadoso para conseguir el efecto esperado.

• ROCAS Y PIEDRAS: Cómo en todos los jardines, las rocas pueden tener un fin práctico, como retener muros.. pero en los jardines japoneses también son percibidas como objetos que contienen el espíritu de los dioses o poderes especiales, como símbolo de las montañas, como espacio para la manifestación pictórica o como elemento escultural.
Si el camino puede ser símbolo del paisaje por la vida, una piedra más grande en medio de éste nos invita a poner dos pies en ella, obligándonos a detenernos para observar, pensar, sentir , si nos dejamos capturar por el jardín, el jardín se revelará a nosotros.

• ISLA Y MONTAÑAS: Un grupo de cantos rodados puede ser una cordillera de montañas, donde se dice que viven los inmortales, y que son los símbolos más comunes de felicidad. La isla simboliza otro mundo.

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